Muchas personas no relacionan su estado de salud con sus hábitos diarios…
Y con más frecuencia de lo que creemos, somos nosotros mismos los que, por desconocimiento o por omisión, creamos las condiciones para que la enfermedad se desarrolle.
Lo que comemos, lo que pensamos y lo que hacemos afecta a nuestra salud. Esta es la realidad.
Está demostrado que más del 70% de las enfermedades crónicas dependen de hábitos de vida inadecuados…
La alimentación desequilibrada, los abusos dietéticos, la polución ambiental y alimentaria, la falta de ejercicio físico, la acumulación de productos de desecho, el estrés, la tensión mental y emocional, etc., sobrecargan nuestros sistemas.
Y en consecuencia, generan todo tipo de síntomas y enfermedades: ansiedad, cansancio, anemia, malas digestiones, migrañas, acné, alergias, problemas hormonales, obesidad, anorexia, bulimia, cáncer, adicciones (alcohol, drogas, tabaco), etc.